miércoles, 26 de mayo de 2010

La obra habla

Una pintura llama al espectador a un dialogo con él, a introducirse en él y llenarse de sus sensaciones. Invita ver más allá del ver, sino que a ser visto para introducir al espectador en su mundo, que puede parecerse al real pero no lo es, es uno propio. Así también la escultura busca este mismo dialogo, jugando con aspectos distintos que la pintura, pero buscando lo mismo; que el espectador interactúe con ella visitando cada rincón de su cuerpo, que pase de ver la representación de la realidad, lo físicamente propuesto a entrar a una realidad naciente de un objeto completamente nuevo.

La escultura tiene una ventaja que la pintura no tiene, y es su tridimencionalidad. Esta característica la lleva a ser mucho mas activa que la pintura en cuanto a llamar la atención de un espectador se trata, ya que al tener cuerpo y volumen la escultura se ve obligada interrumpir un espacio. La pintura se ve casi obligada a ser colgada y mantenerse al margen de las cuatro paredes, en cambio una escultura puede sostenerse en medio de un espacio haciendo también que todo su contorno se introduzca en ella. Esto es también parte importante del dialogo de una escultura; el contexto en el que se presenta. La “personalidad” de la escultura no termina en donde lo hace su material, sino que mantiene una relación muy importante con el contorno, que pasa a ser parte del mundo de la escultura, así como también si la escultura no se encuentra bien ubicada llega a ser absorbida por la realidad quedando muda.

La escultura tiene una particularidad; que puede ser recorrida. En un primer encuentro llama al espectador a acercarse y luego lo llama a recorrerla, incitando la curiosidad a descubrir cada detalle, a interactuar con ella, no solo contemplarla. La escultura hace del espectador un ser más activo y crea ese atractivo que lleva a este espectador, mucho más fácil a crear la relación entre la visión y lo visible y por consiguiente descubrir ese mundo del objeto. Cambia, desde cada perspectiva una escultura puede ser diferente, puede tener colores distintos, materiales distintos, formas distintas, que evocan sentimientos distintos y llevan a interrogantes distintas. Una escultura es algo parecido al ego, se impone, irrumpe y dice acércate, mírame, recórreme, obsérvame. Por eso, por la cantidad de opciones que le propone al espectador, la escultura debe estar perfectamente armada (en su propia perfección) sin descuidar detalle.

Pero de todas estas ventajas que presenta la escultura, existe algo que le juega en contra, su semejanza a la realidad. Una escultura figurativa que tiene un gran parecido con la realidad, a veces hace que se vuelva interesante solo en el ámbito de lo físico, lo que se ve creando una barrera entre el espectador y lo visible, ya que este se deleita únicamente con lo estético y no siente esa curiosidad por el mundo de la escultura. Aunque existen varias formas de evitar esta vaga representación de la realidad y es jugando con tamaño, forma, colores, contexto, materiales, etc. una escultura siempre encuentra por donde abrir un umbral a la interrogante y a este mundo propio.

En conclusión; el dialogo de una escultura con el espectador es mas interactivo que la pintura, presenta un abanico de opciones y el espectador elige como desea mirarla. Se da a conocer por ella misma invitando a todo su contorno a colaborar, y entonces deja de actuar sola y crea una historia junto con todo, dejando de ser un objeto representado de la realidad y pasando a ser único.

Julian Beever






Julian Beever es un artista britanico que trabaja en las calles, desafiando la perspectiva. Trabaja con tiza y crea dibujos de ilucion optica trabajando con la persepectiva que hacen ver sus obras en 3D. Las que solo pueden apreciarse desde una cierta pocicion, de lo contrario no se logra el efecto y no se entiende la imagen.

martes, 11 de mayo de 2010

Her Morning Elegance / Oren Lavie

Este es un video hecho de stop motion, un a tecnica fotografica.

martes, 4 de mayo de 2010

Usa Protector solar

La Vida - Madre Teresa de Calcuta

La vida es una oportunidad, aprovéchala;

la vida es belleza, admírala;

la vida es beatitud, saboréala,

la vida es un sueño, hazlo realidad.

La vida es un reto, afróntalo;

la vida es un juego, juégalo,

la vida es preciosa, cuídala;

la vida es riqueza, consérvala;

la vida es un misterio, descúbrelo.

La vida es una promesa, cúmplela;

la vida es amor, gózalo;

la vida es tristeza, supérala;

la vida es un himno, cántalo;

la vida es una tragedia, domínala.

La vida es aventura, vívela;

la vida es felicidad, merécela;

la vida es vida, defiéndela

martes, 20 de abril de 2010

Musica en concierto


Café, chocolates, dulces y auspiciadores. Todos parados afuera, más gente de la que me esperaba, mucha gente que no me esperaba. Caras conocidas, amigos, amigas, parientes. La cámara en su estuche, las pilas llenas y la memoria vacía.

Buscamos un lugar relativamente central y nos ponemos a esperar. Un conteo a ojo de pájaro nos muestra la abrumadora predominancia, al menos en cantidad, de los instrumentos de cuerda. Según me soplan, hay 10 violines, 4 violas, 2 cellos y 2 contrabajos contra 2 cornos, 2 oboes, 2 clarinetes, una que otra flauta y el inclasificable teclado. Insisto, eso me dicen, nunca he sido buena para identificar los instrumentos. Si me preguntan a mí, no distingo un banjo de un violín.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Empiezan a aparecer los músicos. Algunos conversan, otros miran a su alrededor como quién está a punto de escalar un cerro o sacarse una espina. Basta ver la cara del violinista en la foto para notar la tensión. A medida que se ordenan, comienzan a practicar, en lo que uno podría llamar una pieza acéfala, absolutamente bizarra. Los violines tocan solos, cada uno a su propio ritmo, los cornos sostienen extrañas notas y los cellistas parecen negociar con su instrumento el resultado de la noche. Ni siquiera vamos a hablar de las contrabajistas, quienes a estas alturas del partido, deben haber estado calentando o elongando los poco comunes músculos requeridos para tocar tan poco común instrumento.

Finalmente se hace silencio y entra el director, Eduardo “El profe” Browne. Tras una introducción a la orquesta, el qué y porqué del concierto son aclarados y se hace el silencio.

En ese instante empieza a sonar la “Gymnopedie número 1” del francés Eric Satie. No podía ser más ad hoc al momento y al ambiente que se vivía. Comienzan los celos, los contrabajos y los violines tocando una marcha muy lenta y apaciguadora. En eso, el director levanta la mano, llamando al oboe, que toca una melodía semejante a un lamento, raudamente contestada por los violines. Luego de esto, la música cae en notas más graves denotando más tristeza y pesar, para más tarde volver al comienzo, tocándose la melodía que caracteriza a la obra. Y así, sin más, con la elegancia y sencillez de la melodía, la pieza termina. Silencio absoluto. Un segundo de espera y nada. Entonces, toda la orquesta da vuelta la página de las partituras al mismo tiempo. Eso sólo podía significar una cosa: la primera obra había terminado y se iba a dar comienzo a la segunda. ¡Sin aplausos! Con pesar y rogando que el público fuera incurablemente ignorante en vez de un crítico ácido y extremo, la orquesta prosiguió con el programa.

La segunda pieza, del argentino Astor Piazzolla, comienza con un pizzicato de los violoncelos y los contrabajos que evocaban a los pasos de un gigante. Luego de repetir el acorde dos veces, entra el lamento de las violas, el cual me hizo recordar inmediatamente un tango. Agudamente se unen los violines para proseguir con la triste introducción que terminaría dos minutos más tarde. A continuación comienza el segundo movimiento, denominado “La Muerte Del Ángel”, también al son del tango, protagonizado por los primeros violines, quienes ejecutan una melodía más rápida y desafiante. Cuando comienzan a finalizar el primer acorde, se une el segundo grupo de violines, deleitándonos con una fuga electrizante en la que más tarde ingresarán las violas, repitiendo el mismo compás, para finalizar con los celos y lo contrabajos como acompañamiento. Y sin más preámbulo…silencio. Y comienzan todos juntos con el compás inicial del tango a todo volumen, destacándose los bajos y los violines. La batuta rasga el aire con desenfreno y, de pronto, comienza una melodía elegante y apaciguada, mucho menos pasional que la inicial. Pero como buen tango, esto no pudo mantenerse durante mucho tiempo, y volvemos al comienzo con furia y un “crescendo” magnífico que pone los pelos de punta. Acordes van, acordes vienen y la pieza termina con un aplauso estruendoso

Y…bienvenido Vivaldi. Del moderno tango de Piazzolla pasamos súbitamente al barroco Vivaldi, interpretándose su “Concierto para dos Oboes en Re menor para Cuerdas y Continuo”. Dos atriles para los oboes, uno a cada costado del director, muchas cuerdas y el teclado se preparan para presentarnos la pieza. Comienza la función y como es de esperar en la usanza barroca, las cuerdas y los oboes comienzan a intercalarse en una “conversación” con pequeñas duraciones de ambos bandos, protagonizados, en un lado; por lo oboes, los violines, las violas y el teclado y, en el otro; por los celos y un contrabajo. Luego de esta breve introducción, las cuerdas amenizan la rápida melodía de los oboes, quienes se silencian periódicamente para dejarlas solas durante unos instantes, mientras tocan las melodía impuesta inicialmente por ellos. Durante la pieza, los oboístas demuestran su virtuosismo y, para mi sorpresa, mientras los veo interpretar la pieza, descubro que la cara humana tiene más músculos de los que me hubiese imaginado. Durante todo el movimiento, no puedo dejar de imaginar las clásicas fiestas del siglo XVIII con grandes pelucas, vestidos y una suntuosa y frívola elegancia.

Ya en el segundo movimiento, los oboes interpretan una conversación acompañada por el contrabajo y los celos, mucho más lenta y solemne que la primera, evocándose cierta tristeza y nostalgia. Con la clásica floritura barroca, ejecutada por los oboes, termina el segundo movimiento, dando paso a un tercero, mucho más parecido al primero en términos de rapidez. El estado de ánimo asemeja a un renacer después de haber estado deprimido (segundo movimiento) durante un lapso de tiempo. En este espacio, los oboístas demuestran su habilidad con gran agilidad y destreza, deleitándonos con un barroquismo elegante, ágil y virtuoso.

Acaba la pieza, un segundo estruendo de aplausos, seguido de numerosas entradas y salidas de don Eduardo para recibir la ovación de su público.

Después de unos veinte minutos de descanso y preparación, raudamente se da comienzo a la “Sinfonía Número Cinco en Si Bemol Mayor” de Franz Schubert, donde participan dos fagotes, los cornos, la flauta y todas las cuerdas interpretando una melodía muy alegre y animada con gran participación de los bronces y maderas. El director literalmente baila en el escenario, al igual que las cabezas de las contrabajistas, y yo no puedo dejar de marcar el pulso de la melodía con mi pierna. La melodía inicial de la sinfonía reaparece continuamente durante todo el movimiento intercalándose con otra muy gentil y suave. La pieza se destaca por las variaciones de volumen presentes en ella para luego finalizar con la orquesta en pleno tocando el acorde final.

Comienza el segundo movimiento y sorpresivamente descubro que es mucho más lento, deprimente y desolador que el primero, muy al estilo de Schubert. Los instrumentos de viento y los violines juegan un rol primordial en esta parte al acentuar la melodía y destacar estos sentimientos.

En el tercer movimiento las cuerdas resaltan en una melodía que en cierta medida refleja enojo y frustración que poco a poco va cambiando a una ligera complacencia, repitiéndose esta secuencia por segunda vez y finalizando con la melodía inicial. En este movimiento, la flauta debe luchar contra las cuerdas agudas, en especial, los once violines, para lograr destacarse. Continuamente, los bajos, representados por los celos y los contrabajos ponen notas de suspenso.

En el cuarto y último movimiento reaparece la alegría a través de una melodía animosa y rápida, continuamente matizada por violines y vientos, destacándose la participación de la flauta y la continua variación del volumen para destacar un estado de ánimo jovial. La pieza termina con una virtuosa interpretación de los violines que da paso al clásico acorde que indica el final, interpretado por la orquesta en pleno y una batuta que asciende, desciende y ejecuta movimientos envolventes realmente notables.

Y sin más que decir, o mejor dicho, tocar; un último aplauso estruendoso y todo termina…

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Analisis de "avaricia"


En este texto analizare la obra dramática del director alemán Erich Von Stroheim (director y actor); “Greed” (Avaricia o Codicia). Una película del cine mudo filmada en 1923, que busca reflejar la avaricia del hombre a través del triangulo amoroso, y otros sub-temas que se desarrollan en torno a la codicia. Inicialmente la película tenia una duración de 96 horas y fue acortada por el director a 8 horas, esta versión fue reducida (no por el director) a 2 horas la cual es la versión final; una versión de la obra bastante mutilada.

Me gustaría comenzar analizando la obra desde un plano más general en base a su propio campo. Buscando lograr una mejor comprensión en cuanto a su descuartisacion y cada una de sus partes. Comenzando por el origen, luego la obra para terminar con lo básico; la relación entre el soporte y lo dramático.

La primera película muda fue de Louis de Prince en 1888, una toma de dos segundos llamada “El jardín de Roundhay”. La llamada “era mudo” perduro hasta fines del siglo 20 cuando fue remplazado por las películas con sonido hasta que básicamente el cine mudo desapareció.

El cine mudo es aquel que no contiene sonidos de dialogo hablado y consiste principalmente en imágenes. Dada esta situación el cine mudo debía servirse de los títulos; representaciones de los diálogos y aclaración de las situaciones dadas en las imágenes. El escritor de los títulos llego a tener un rol casi tan importante como el guionista, convirtiéndose en un profesional del cine mudo. Además de su importancia en el desarrollo y comprensión del filme los títulos se convirtieron en elementos gráficos en si mismos, ya que llevaban ilustraciones y decoraciones abstractas que hablaban sobre lo que se observaba en las imágenes.

Aun cuando las películas no tenían sonidos de habla, el rodaje no transcurría completamente en silencio. Existía la música de fondo; a veces interpretada en vivo, que luego se fue haciendo parte esencial de una película, necesaria para ambientar situaciones y acciones dentro de esta.

Si bien el actor estaba bien acompañado por parte de la música y las “letras”, el jugaba un papel igual de importante dentro de esta composición. La actuación no era como la actual más bien sutil y realista. Era una actuación exagerada y casi sobre actuada, poniendo énfasis en el lenguaje corporal y la expresión facial, necesaria para que el espectador lograra comprender la intención del personaje y la totalidad de la acción.

La obra se entiende según el autor, su visión del mundo y como se relaciona con sus otras obras.

El director de “Avaricia” Erich Oswald (nombre real) mas bien conocido como Erich Von Stroheim nació el 22 de Septiembre de 1885, en una familia de comerciantes judíos en Viena. Donde años más tarde entro a la Academia militar, carrera que no perduro mucho, pues en 1909 se retiro para viajar a Estados Unidos debido a unas deudas. No fue hasta 1914 que el director logro llegar a Hollywood, inicialmente como actor y ayudante de dirección. Pero ya habiendo participado en algunas películas, no se vio satisfecho y decide escribir, producir y protagonizar su propia obra, llamada “Corazón olvidado”. Donde se aprecia su fascinación por lo natural y los personajes problemáticos; que se pueden distinguir también en “Greed”.

El “artista maldito” comenzó a decaer; todas sus obras eran mutiladas, convirtiéndose en “obras malditas” hasta que finalmente fue despedido como director. Aun así tiempo después logro reindicarse como director y producir la película “Avaricia” que también fue mutilada; de 8 horas, fijadas por él, a 2 horas, por los productores. Von Stroheim nunca cedió a ver la versión mutilada de su obra.

Luego filmo “La viuda alegre” una de las únicas obras del director que no fue mutilada y que resulto ser un gran éxito.

Después de unas cuantas películas mutiladas e inconclusas, Erich Von Stroheim termina su carrera como director a los 48 años con “¡Hola hermanita!”, su única producción sonora que también fue intervenida y termino por ser olvidada. Aunque continua su carrera como actor, guionista y asesor, y co-protagoniza “El crepúsculo de los dioses”.

Finalmente muere el 12 de Mayo de 1957 en Francia.

La película “Greed” trata sobre la avaricia en el hombre, que se va reflejando en cada situación, acción y personajes dentro de la obra. Lo que finalmente desata una situación insostenible, debido a la codicia y lo que esto desata en el hombre.

McTeague (Gibson Gowland) es un hombre pobre, que busca obtener riquezas y lograr todo lo que se proponga. Su amigo Marcus (Jean Hersholt) le presenta a Trina (Zasu Pitts) de quien se enamora desde un principio. Estos tres personajes van dando paso a la avaricia dentro de la obra, transformándose en el momento en que se dejan llevar por la avaricia y su destrucción.

Esta obra tiene una riqueza en estética (relación entre el soporte y lo dramático), lógicas de su director, de quien se nota su constante simbolismo.

Es imposible lograr separar el soporte de lo dramático cuando uno es tan complementario del otro. Como se ve en esta película en que cada parte del soporte, es un detalle, que da paso a lo dramático; y que sin el soporte, tal como es, no se lograría apreciar o percibir todo lo que el director, Erich Von Stroheim, busca transmitir sobre la avaricia en esta obra. En cada acción hay un elemento que nos recuerda a una idea que busca entregar el director.

Los personajes juegan un rol importante (por intención del director), los cuales nos dejan, desde un principio, percibir sus personalidades. Logrando anticipar el transcurso y la temática de la película de cierta manera, lo cual no significa que pase a ser obvia, pues luego existen mutaciones, siempre justificadas, en los personajes. Pero esto es siempre parte de la intención del director, que transforma a los personajes, para seguir el hilo de la avaricia y la destrucción que conlleva hundirse en ella. Esta interacción entre el personaje, su personalidad (soporte) y la avaricia como tema central de la película (dramático), se puede observar, por ejemplo, en la primera escena en el que el personaje del minero; se deja ver, anteriormente a caer en la avaricia y su destrucción, con un enorme cuidado por la naturaleza. Aun así se puede ver su temperamento agresivo, lo que nos lleva a predecir que podría pasar con este personaje mas adelante cuando ya este sumido en la codicia.

La imagen también es importante en cuanto a la estética se refiere. Detalles a veces casi imperceptibles logran esta relación entre el soporte y lo dramático y a través de imágenes saca a flote lo subjetivo; lo que objetivamente es y lo que se deduce. Por ejemplo el entierro que pasa por atrás en el minuto del matrimonio, es una premonición del desastre que vendrá a futuro; o como por ejemplo la ambientación. La escena final se lleva a cabo en el desierto, donde los personajes ya sin nada están perdidos en la soledad, en la desesperación, en el vacío; un absurdo en el que ya no tienen nada, pero siguen entregando su vida por eso que ya no tiene ningún valor, que en algún minuto lo tuvo, pero ya no, que es justamente lo que los dejo en el “desierto de la vida”, pero ellos lo siguen anhelando. Esa ironía entre la situación real y las ambiciones inútiles en ese minuto. Finalmente nos muestra la destrucción total a la que llevo la avaricia a los personajes.

Esta escena final me lleva a relacionar la vida del director con la obra aquí creada. Vivió en una época de guerra, estuvo en la academia militar, donde debe haber visto destrucción, rivalidades, o como los sueños inocentes se iban corrompiendo por ambiciones absurdas, que lograban superar el valor de las vidas que se estaban perdiendo. Una sociedad que buscaba triunfo, poder, ambiciones, cegándose a lo que era realmente esencial en ese minuto. Donde ya la meta inicial, alfinal no se puede justificar porque no vale nada, porque nos ha dejado sin nada.

También entra en esta categoría; soporte-dramático, la música. La cual seria un soporte dentro del soporte, una obra creada para otra obra. Esta se acomoda dentro del contexto y la acción de la película para lograr entender y percibir lo que el director busca que percibamos. Aunque la música apunta más a las sensaciones del momento; tensión, intriga, pena, alegría, rabia, etc., y no es tan subjetiva sino más bien sensitiva, es necesaria para llevarnos al ambiente en la película, a conectarnos con los personajes y la acción.

La literatura también entra a jugar un papel importante en la estética de la obra, depende de la forma en que se escriba y el que se escriba, de cómo nosotros los espectadores recibamos la información. Esta es la relación entre soporte y dramático que mas me llama la atención, como ya lo desarrolle en el trabajo anterior, ya que es el único que se perdió totalmente en el paso del cine mudo al cine sonoro. Los personajes, las imágenes y la música siguen siendo parte del cine, pero la literatura es una arte que ya no se mezcla con el mundo de la pantalla, esta completamente aislado. Ahora esa sotisficación, esa vulgaridad, ese enojo o esa felicidad se puede transmitir a través de voces pero no logra ese efecto de relación y dependencia entre literatura e imagen, donde ambos se necesitan para tener en totalidad la obra. Esa búsqueda de una literatura bien lograda en el cine, que llame al espectador a escarbar mas aya de lo que reciben sus ojos a primera vista.

La unión de literatura, la música, la imagen y la acción en “Greed” son lo que inicialmente dije comprende las partes del cine mudo, y lo hace una película con interpretación y opinión, que busca esa comodidad tanto en el soporte, como en lo dramático.

En esta película el autor logra transmitir sus pensamientos de manera muy prolija, fijándose en cada detalle, para entregarle este “mensaje” al publico, y aunque aya sido mutilado logra dar a entender el mensaje inicial dentro del cuadro del cine mudo y utilizando todas las técnicas (para transmitir) que este implica